Page 223 - BUAP - Facultad de Medicina - Epigenética en las patologías
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del propio posicionamiento de los nucleosomas y su composición, todos ellos
trabajan de manera cooperativa para controlar la expresión de los genes.
Básicamente, la metilación del DNA es una marca epigenética de inactiva-
ción y dado que este es un proceso que puede ser revertido, es un fenómeno
dinámico que cambia durante la vida de una célula.
La metilación diferencial del DNA se puede observar cuando se compara te-
jido sano con tejido enfermo de diversas patologías, desde la esquizofrenia, epi-
lepsia, obesidad o artritis reumatoide hasta el cáncer. El DNA de una persona
enferma puede encontrarse en dos estados alterados, hípermetilado si el nivel
de modificaciones genómicas aumenta e hipometilado, si disminuye. Las modifi-
caciones que dan lugar a esos patrones de metilación anormal representan un
punto importante para comprender la susceptibilidad a las enfermedades.
MUTACIONES QUE ALTERAN LOS PATRONES DE METILACIÓN
El cáncer es una patología heterogénea que durante mucho tiempo se creyó era el
resultado únicamente de la adquisición de mutaciones genéticas o rearreglos
cromosómicos que desembocaban en la pérdida del funcionamiento de genes
encargados de evitar el crecimiento celular descontrolado y de la desregula-
ción de la actividad de genes encargados de promover la proliferación. Sin
embargo, el creciente interés de diversos estudios en la década del 2000 per-
mitió comprender que la expresión adecuada de los genes es fundamental pa-
ra mantener el fenotipo celular normal y que el control de dicha expresión va
más allá de la sola presencia de una secuencia genética sin cambio. Extrapola-
ciones a partir de estudios de secuenciación del cinoma (conjunto de proteínas
cinasas expresadas en el genoma de un organismo) y el exoma (la parte del
genoma conformada por los exones), han sugerido que las células cancerosas
en algunos tipos tumorales pueden llevar más de un millón de mutaciones por
sustitución de bases en su genoma. Por lo tanto, las células tienen suficientes
aberraciones genéticas para la carcinogénesis y progresión tumoral, pero evi-
tan la acumulación de demasiadas alteraciones perjudiciales (lo que se conoce
como el concepto “just right” para la inestabilidad genética).
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